Cuando has trabajado durante años como DISEÑADOR gráfico, no te sorprende la panacea que supone trasladar el modo de trabajo del diseño a la GESTIÓN de empresas o Startups.
El DESIGN THINKING hace que entendamos a las empresas como formas en permanente diseño. Un diseñador busca plasmar una idea en un lienzo, de forma visual y CREATIVA. Si exportamos esta forma de trabajar a los negocios, buscamos crear un diseño simple y creativo que nos ayude a captar la esencia de nuestra empresa.
El diseño es EMPATÍA. Escuchamos, elaboramos un boceto y en ese mismo instante validamos nuestra propuesta con el cliente. Es entonces cuando nos ponemos a trabajar en el proyecto. Al ir avanzando seguimos en contacto con el cliente mientras revisamos y pulimos nuestro trabajo final. Probamos y experimentamos para encontrar un lugar común. Cercano a la idea inicial pero que se modifica cuando choca con la EXPERIENCIA y trabajo del diseñador. Es el momento donde se encuentran la idea y la utilidad. Nuestra idea tiene que ser práctica, tiene que resolver el problema que el cliente nos planteó inicialmente.
El Design Thinking invita a la INNOVACIÓN, a experimentar con nuestro modelo de negocio, a diseñar nuevos productos y servicios. Tiene como origen al cliente, donde nace el impulso para cambiar y gestionar toda la organización.
La INVESTIGACIÓN de MERCADOS tiene como punto de partida al CLIENTE, como centro de operaciones. El Design Thinking es una nueva forma de pensar dentro de las organizaciones, que hace interiorizar la investigación de nuestros clientes como el eje principal del negocio.
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