¡TENGO UNA IDEA!

Siempre hemos odio que las ideas mueven el mundo. Pero solo la ACCIÓN que se inicia para poner en marcha un proyecto nos mueve. Todos los días podemos tener muchas ideas que nos parecer increíbles. Pero la genialidad es poder llevarlas a cabo.
Existen mitos entorno a la creatividad, la generación de ideas y los métodos para acumular ingentes cantidades de información. Pero las ideas no valen nada. Solo una idea es GENIAL, si se PRUEBAN y FUNCIONAN.
Cuando pensamos en algún proyecto personal o de empresa, partimos de una idea, un primer concepto, un boceto que nos proyecta en el futuro. Lo primero que pensamos es no COMPARTIR esa idea con nadie. Alguien puede venir y robárnosla. Sin embargo, ¿Cómo probaremos que funciona?. ¿Para qué sirve una idea en un cajón?. Hay que abrir la ventana de nuestras ideas y hacer partícipes a nuestras personas más cercanas. Incluso compartirlas en grupos y redes sociales. Hoy el conocimiento abierto y compartido es el único camino. Lo peor que nos puede pasar es que nos copien, será una forma de validar nuestra idea a coste cero. Una misma idea con dos desarrollos distintos, nos da dos resultados completamente diferentes. El ejemplo es siempre el mismo dos bares en la misma calle, donde uno se llena y el otro no.
El verdadero valor está en cómo llevamos a cabo la idea en la práctica. Como ponemos en marcha la COLABORACIÓN y la CONEXIÓN con otros. Que habilidades tenemos para dotarlo de personalidad. Como llegaremos a nuestros clientes y que valor aportaremos y que retorno encontraremos. La conexión es la clave de nuestro producto y servicio, solo si ponemos en común nuestras ideas, habilidades y trabajo con nuestro futuros clientes encontraremos la respuesta.
Cuando el cocinero crea un plato o el artista una obra, el resultado es lo que juzgamos, no su idea. Esto ocurre todos los días, cuando exponemos nuestro trabajo. Las ideas son el inicio imprescindible de un proyecto, pero las ideas sin trabajo y PERSEVERANCIA no son nada.
Las ideas innovadoras provocan resistencia al CAMBIO. Si preguntamos a alguna persona que juzgue nuestra idea, lo más normal es que encontremos rechazo. Cualquier cosa que provoque cierto vértigo, inconscientemente se desestima. Nosotros mismos somos la primera barrera. Juzgamos en función de nuestras experiencias y las autodescartamos.
Después de tener nuestra idea, pensamos: ¿Y ahora qué?. Como iniciamos el camino para su puesta en marcha, pero eso ya es otra cuestión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.