La rentabilidad es la base de cualquier negocio. Cada esfuerzo tiene que estar orientado a mejorar nuestra empresa. Es la única manera de ser una opción para los consumidores. En términos económicos la competitividad busca mantener ventaja en el mercado. Algo que es cada vez más complicado en mercados saturados de productos. La gestión de los recursos en la producción y la reducción de costes se dan por supuesta. Que nuestro producto tenga calidad también. Para poder seguir formando parte del mercado hay que apostar por:
1.- Calidad. Producir sin errores, es nuestro mejor argumento de venta. Tenemos que ajustarnos a las expectativas del consumidor. Si estás no se cumplen, será un freno para la próxima venta. Puede ser una ventaja competitiva respecto a cualquier otro producto más similar y más económico. Conseguir la fidelidad del consumidor pasa por repetir la experiencia de compra y solo se consigue con productos de calidad.
2.- Coste. Hay reducir drásticamente los costes del proceso productivo sin que afecte a la calidad del producto. Disminuir los costes tiene consecuencias inmediatas sobre el precio y beneficio. Nuestras posibilidades de decisión sobre el producto se multiplican y con ello las ventas. Se pueden poner en marcha nuevas promociones sin que afecte a la rentabilidad.
3.- Adaptarse al mercado. Los productos estándar llevan tantos años con nosotros que los consumidores demandan cada vez más productos personalizados. Hay que estar en estado permanente de escucha de nuestros clientes y las redes sociales pueden ser un medio excepcional.
4.- Velocidad de respuesta. Hoy en día el tiempo es una variable fundamental en la competitividad. Todo en la organización tiene que estar orientado a la reducción de tiempos. Sobre todo en la logística y entrega del producto. Que el cliente disponga brevemente del producto es una ventaja. El servicio Amazon Premium es utilizado como argumento principal de su última campaña de comunicación. El tiempo es, cada vez más, un bien preciado para los consumidores.
5: El valor de marca es una fuente de competitividad. La inversión en publicidad y relaciones pública, nos distinguen de la competencia. Nos hace diferentes y permite que nuestra opción se prefiera a otros productos.
Para conocer la evolución de la competitividad de la empresa, es indispensable crear grupos de mejora. Medir cada uno de los parámetros que implique una mejora en la gestión: el nivel de stock, plazo de entrega, fidelización de clientes y su variación en el volumen de ventas.
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