EL NUEVO CONSUMIDOR: ¿CRISIS U OPORTUNIDAD?

Todos en mayor o menor medida hemos sufrido los efectos de la crisis. Nuestros hábitos de consumo también se han modificado al ritmo de los nuevos tiempos. No pensamos igual que en 2009, incluso aquellas personas que han mantenido el empleo estos años. El ahorro se ha convertido en un lujo, sólo al alcance de unos pocos, de igual forma que el acceso al crédito. Las empresas y familias han visto reducida en poco tiempo su capacidad de maniobra, con un descenso considerable de la renta. Las consecuencias han sido inmediatas y los hábitos de compra han cambiado sustancialmente. Las empresas no han tenido más remedio que cambiar sus estrategias. Han surgido también nuevas oportunidades, con modelos de negocio que antes no existían. Adaptarse al cliente, comprender y hacer girar nuestro negocio hacia estos cambios es la única alternativa. ¿Qué hábitos han cambiado? ¿Cómo afectan a nuestro negocio?:

1) Se reduce el ticket medio de compra. Comprar pequeñas cantidades y a un precio único de compra es la forma de adaptar nuestra cesta de la compra. Grandes superficies han utilizado estos productos como gancho, ajustando el envase y el tamaño al precio.
2) Retardamos la compra. El cliente es capaz de esperar varias semanas a cambio de grandes descuentos. Es el caso de comercios electrónicos que distribuyen la mercancía desde otros países. Las exigencias de los clientes son menores si el precio es muy inferior.
3) El descuento como forma de venta. Han surgido negocios especializados en agrupar ofertas. Las webs de cupones de descuento son un ejemplo de ello. Ofrecen descuentos limitados en el tiempo y en las condiciones. Podemos adaptar nuestro negocio a periodos de baja afluencia de público y hacer crecer nuestro mercado potencial.
4) Se multiplican los negocios low cost. Las gasolineras de precio reducido aparecen cerca de las grandes superficies. El descuento en el precio y los márgenes es su apuesta para hacer crecer su negocio o atraer clientes. Los propios supermercados crean productos y zonas dentro del establecimiento donde ubican productos sin marca o a granel.
5) Hágalo usted mismo. Reducir el precio implica eliminar aquellos costes que tiene que asumir el cliente. Esto lleva años haciéndolo IKEA. La empresa se dedica a aquello que genera valor para el cliente y renuncia a otros servicios que pueden ser asumidos por el cliente, como es el transporte y montaje de muebles.

Los modelos de negocio tratan de adaptarse a estos nuevos comportamientos. Se reclama imaginación por parte de los consumidores que valoran sobre todo una reducción del precio y una oferta diferenciada.

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