El sindrome del César en las organizaciones

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En todas las organizaciones hay un punto de inflexión. Cuando el LIDERAZGO se impone a las personas. El liderazgo mal entendido, toma el control de las empresas y las organizaciones. Los cambios en la personalidad del líder transforman la cultura de la empresa. Todo gira en torno a una persona y no a los beneficios de la institución, provocando consecuencias inmediatas.

1.- Se instala una cultura de la DESCONFIANZA. Todo se transforma en una amenaza para el puesto y control de la institución. Existe una competencia irreal donde vuelca todo su esfuerzo, desatendiendo las tareas más importantes.
2.- La SUPERVISIÓN se transforma en una obsesión. Se crea una falsa ilusión de control. Todo tiene que pasar por sus manos, nada puede escapar a su control. En un intento de controlarlo todo no se delegan tareas y se produce una bloqueo de la organización.
3.- Se crea una falsa competencia y ENEMIGOS inexistentes. Todos parecen querer suplir al directivo. Sólo quiere demostrar que es imprescindible. Él es el único representante de la empresa. Ve enemigos en todas partes y si no los hay los crea.
4.- Cualquier tipo de competencia dentro de la empresa es destruida. Se practica la VIOLENCIA institucional sobre las personas. En un primer momento, una exclusión velada, para posteriormente convertirse en destrucción de la reputación personal. El objetivo es marginar de forma expresa a las personas.
5.- El MIEDO se transforma en la primera herramienta de cambio en las organizaciones: “sin mí, el caos”. Bajo esta premisa se premian los comportamientos de adoración a la nueva situación y se castiga cualquier gesto de cambio ajeno al “César”.
6.- Se caza al TALENTO. En organizaciones presidencialistas, nada ni nadie puede estar por encima del directivo. Las primeras víctimas son aquellas que generan cambio al margen de las decisiones del directivo. Se considera elementos subversivos y no tardan en formar parte del enemigo.
7.- El gobierno por PREJUICIOS se instala en la organización. Las etiquetas son el primer paso para formar parte del grupo o ser excluido de él. El “César” es experto en etiquetar y evaluar a las personas de forma inmediata. Corre y lo comunica a todos de forma rápida en “petit comité” para que no queden dudas.
8.- Los cortesanos cumplen en todo momento las profecías del LÍDER, lo que crea una espiral de refuerzo constante. El pedestal le hace cada vez más grande y las personas cada vez más pequeñas.
9.- Se produce un alejamiento de la REALIDAD. Esta se crea en la mente del directivo y se alimenta de la opinión siempre favorable de los cortesanos. Se crea una realidad paralela, que nada tiene que ver con lo que ocurre realmente.
10.- Desaparece el interés por el BENEFICIO común. Todo se reduce a reclutar para la causa y mantener el estatus del gerente. El resto de decisiones se prolongan, se entorpecen y se ningunean.

El síndrome del César es una «enfermedad» que se transmite a toda la organización. Destruye la relación entre las personas, la vuelve violenta. La desconfianza impregna toda la institución. Se bloquea cualquier posibilidad de CAMBIO, todo tiene que permanecer igual, nada debe cambiar. Se da más valor a los edificios que a las personas. Se convierte en una institución gris que vive del pasado y que carece de futuro. Una institución al servicio de los intereses o el EGO del directivo. En ningún caso está orientada hacia sus clientes y mucho menos al mercado, que cambia constantemente. La realidad acabará destruyéndola. El César tratara por todos los medios que la entierren con ella.

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